Esta actividad de crear una máquina
fue genial, porque cada uno tenía que ser parte del proceso de creación.
Tuvimos que escuchar y sobre todo observar muy detenidamente cada movimiento
que hacíamos. Fuimos parte de un mismo mecanismo, desarrollando nuestra
intuición, agudizando cada uno de nuestros sentidos. La primera impresión que tuve fue la de ser
partícipe de un simple juego, algo lúdico, un ejercicio que había jugado antes
aunque con algunas variaciones. La máquina funcionó bastante bien y la mayoría
se convirtió en un engranaje necesario para su funcionamiento. No obstante; a
algunos, especialmente los que salieron casi al final, se les hizo más dificultoso
integrarse a la máquina y al gran proceso.
0 comentarios:
Publicar un comentario